29 ago 2007

¡QUÉ DOLOR DE GÜEVOS, REX!


…que después de haber estado ahorrando como macho durante un vergo de tiempo (adiós chelas, cigarritos, barras shous, atol y tostaditas en SanFe/San Lucas, afterparis donde Chus, “alegres excursiones a Monterrico”, etc.) para comprarte un tu celular de a mil quinientos tuquis, venga un hijoeputa, caco de mierda, te ponga un filero en la espalda y, "sin mediar palabra" te lo güevee al tercer día de andarlo chileriando
...[Respuesta de Rex ante la situación: ¿Quién pisados te manda a andar de caquerito en pleno Trébol, pues? ¡Mula más cerote! ¡La próxima vez ojalá te den una tu buena teleguiada!]
…que después de haber estado casaquiándote a tu traida durante meses y meses para que te suelte algo, por fin acepte, te la llevés a un hotelito no muy cariñoso (porque tampoco es Miss Jocotes), te encaramés al ayotal y quince días después resulte que “la niña salió con su domingo siete”, o sea, que pegaste centro y lo pior, ¡que el chilpayate ni siquiera es tuyo, porque cuando te llegó el norte, tu traida ya estaba de dos meses y medio!...
...[Respuesta de Rex ante la situación: ¡Sólo vos sos! ¿No viste lo que pasó al atol del Fredi con la puta de tu prima, pues? ¡Bien quieta! Pero a güevos, con esa cara de mula que te andás echando, ni modo...]
…que después de llevar dos años de mamón con tu jefe (tomándole la palabra al viejo jiotoso ése, con más panza que un hipopótamo y aliento a taltuza; cuidándole el carro, invitándolo a hartar, etc.) para que te reubique en el chance (aumento de sueldo y horario más flexible incluidos), aparezca de la nada otro cerote a lavarle el coco y lo paren reubicando a él, cuando sólo lleva un par de meses en la enpresa, supongamos…
...[Respuesta de Rex ante la situación: ¿Y te quedaste así, todo mula, calladote? ¡Verga hay quir a darle a ese hijueputa! ¡Vos mandás, viejo! Si querés le digo a Zope que lo atalaye; aquél por un chen le quiebra el culo hasta sus cuates…]
…que después de diez espléndidos años de matrimonio, más de alegrías que de penas, a tu mújer se le ocurra comprarse una su mascotita, digamos un su gatito o un su chucho para que le haga compañía [ahora que los patojos pisados sólo piensan en andar callejiando o zampados en el internet, y vos en viajes de chance (sí, a güevos)] y resulte mandándote a la mierda porque “no la llenás emocionalmente como lo hace Terry, Copito de Nieve o Nerón”…
...[Respuesta de Rex ante tal situación: ¡Ni que fuera tanque de carro pa’ llenarla! ¡Una su boa o una su tarántula le 'bieras regalado! ¡A ver si aunque sea por accidente se iba a caldo de una mordida la hijaputa!]
…que después de haber chambiado como mula y haber convencido a tu viejo para que te hicera el ajustón y irte a sacar (¡por fin!) un tu carrito de agencia, aparezca el típico cuate suela con la casaca de “no sias mierda, Lipe, yo te lo cuido, honbre; prestámelo, voy y vengo ese mismo día, ¡por Dios!”, caigás de mula, se lo des y su hermano te llame el sábado para decirte “vos, disculpá, viejo, mi broder tuvo un pequeño percance con tu bocho, fijate, pero no hay clavo, ahí entre todos pagamos el putazo, ¿oíste?”, cuando en realidá tu carro quedó inservible o simplemente se lo güeviaron
...[Respuesta de Rex ante tal situación: ¡Cómo sos de mula, Lipe! ¿Cómo putas se te ocurre prestarle tus mierdas al Cristian? ¡No mirás que tu casero ni un automático puede manejar, pues! Pero como quería llevarse a la Mirna al Lover, vino y te agarró de maje…]
…que por llevártela de Defensor del Pueblo (y de los Derechos de la Población Alcohólica, por no decir “Círculo de Amistades”, o simplemente “Aqueos”), intentés “dialogar” con el tira maldito que le acaba de arrebatar de las manos una tánica de venadril a un tu cuate y la está vaciando en la grama como diciéndole “me pelás la verga vos y tu guaro, aquí nadie chupa porque YO lo digo”, acabés entanbado junto con el brinconazo de tu cuate y pasés todo el fin de semana con el culo en la mano (no vaya a ser que a alguien se le ocurra chiquitiarte) porque además el juez hijoeputa que tiene que aprobar tu salida anda en plena peregrinación a Esquipulas y regresa hastal domingo…
...[Respuesta de Rex ante tal situación: Sólo a un mula como vos y a los tarados con los que andás se les ocurre chupar enfrente de la Policía una noche en la que por culpa 60 escorias fugados del bote NO había derechos constitucionales. ¿Qué putas querías?, ¿que les dieran la Orden del Quetzal?...]
…que por no haber sido un hijo ejemplar (eterno repitente en Primaria y Básicos, retranquero en Diversificado, doce expulsiones, cinco primeros semestres en cinco diferentes carreras universitarias, descubrimientos in fraganti de uso de tábaco, mota y cuto desde los once años, cuatro correccionales por posesión y distribución de porno casero, perversión de quinceañeras, masturbación colectiva en lugares públicos e intrusión en terrenos privados pa’ güeviar frutas y legumbres, etc.) a tus tatas ahora se les ocurra excluirte en la repartición de una jugosísima y cuantiosa herencia, sustituyéndote a vos, sangre de su sangre, por el mierda de tu cuñado, mariachi de tu hermana, sólo porque va a misa los domingos y se acaba de meter a esa mierda de Hombres de Negocios
...[Respuesta de Rex ante tal situación: ¡Bueno estuvo, por llevártelas de muy grueso! Muchas veces, los viejos son como Dios, vos: perdonan, pero no olvidan. Yo que vos, me enpelotaba y me amarraba a un naranjal a hacer güelga de hambre o, con tal de que me dieran aunque sea un mi pedacito de terreno en Parramos, me metería al seminario o una onda así, para que vieran que ahora soy hombre nuevo…]
…que después de seis años de noviazgo y de estar preparando la boda de los sueños de tu futura esposa (la Sra. Del Hoyo, supongamos), que incluye anuncio de media página en Sociales de Prensa Libre, misa en las ruinas del Convento de Sor Dera, purrún en Motel-Casa Santo Dominio (para 300 caras de mi güevo, con Lalo y sus descalzos tocando lo más chic de su repertorio), viajecín Pérez a Bali (20 días, 20 noches, full paquete, risorts 5 estreias, alquiler de tres niños: guía, traductor y cholero, etc.), tres días antes salga la señorita con que mejor ya nel, que no se siente preparada para dar ese gran paso y que lo que rialmente quiere en la vida es… ¡irse de voluntaria al Congo! ¡Con… Anita… su, este... ejem… ¿pareja?!
...[Respuesta de Rex ante tal situación: Aunque a mí se me hace que te sacaste esa casaca de las telenovelas huecas que miran nuestras queridas amas de casas (frígidas y alcahuetas, la mayoría), te la voa creer, con tal de que le ‘bieras dicho a la pisada que cuando la Anita se diera cuenta de los negritos que hay en Congo-Bongo-Condongo-No-Me-Pongo, no iba a poder resistirse ante tales “envergaduras” (como te pasó a vos aquea vez en Livinston, no digás que no) y que, antes de salir, se hiciera una su pruebita de sidol, porque las últimas veinte veces que fuiste a La Línea, se te olvidaron los Scudo Retardantes y que eso sí, condones dia tres cincuenta o de un puto Puesto de Salú JAMÁS aceptarías usar, ya que Junior es propenso a las alergias…]
…que luego de pasar toda la santa noche dándole duro a (♫ …que bello cuando me amas así y muerdes cada parte de mí... ♪ …que bellos son tus celos de hombre, que sientes cada vez que… ♫) ¡La gran diosa puta! ¿Y ahora quién pisaos me llama al celular? A ver, a ver… mmm, identidá desconocida…

YO: (Con voz de culito) “Sauna Manoelión”, le atiende Yesenia, ¿en qué podemos ayudarle?
ÉL: Ehhh… Disculpe… ¿con Rex por favor? ¿No es éste el número de…
YO: Aquí nadie se llama así caballero. A menos que a Maicol o a Richmon les digan apodos de dinosaurios, pero…
ÉL: No, disculpe… marqué mal, seguro…

…que cabal el día de tu cumpleaños (cinco días antes de Navidá), tus abuelos te manden de los USA una tu chumpota de ésas enguatadas, con capuchón y toda la onda, y que vos (♫ …que bello cuando me amas así y muerdes cada parte de mí... ♪ …que bellos son tus celos de hombre, que sientes cada vez que… ♫) ¡Necios los mierdas! Otra vez, identidá desconocida…

YO: (Con voz de grencho) “Iglesia de lous Santous de lous Ultimous Díass”, Yehová es contigou, estoy John, ¿me dices?
ÉL: ¡Vos hijuelagranputaaaaaa! ¡Soy Liandro, mierda!
YO: Ah, Liandro (un mi primo), ¿qué ondas?, ¿qué te contás de bueno?
ÉL: (Maliado) ¡Que me contás de bueno los pelos! ¡Testoy llamando desde hace un rato, cerote!
YO: (Haciéndome la bestia) ¿Ah? ‘Mé mierda, si hasta orita que entra una llamada…
ÉL: Le dije a Tono que te llamara y dice que le contestó una chava… ¡y es tu número!
YO: Ese hijueputa no llamó, te lo juro. Pero, a ver, ¿por qué tanta mierda? ¡Ya ni cagar tranquilo puedo!
ÉL: ¡Lestán dando verga a tu hermano, ceroteee!
YO: ¡Hijueputa…!
(tuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu)

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Ilustración cortesía de Guguel Imágenes.

2 ago 2007

LA ONDA ES CRANIAR LAS ONDAS, MAJE


Uno de los clavos más grandes que llevamos a cuestas los mulamaltecos es la identidá, muchá. Podemos ser unos grandes zopencos en muchas babosadas, pero para imitar estamos ranquiados en los primeros lugares. Eso, por una parte. Por otra, la idea de querer identificarnos con algo que, según nosotros, nos va a diferenciar del montón. ¡Error, Edson! Vayamos a la escena del crímen: Rivelino acaba de cumplir los dieciocho y este viernes que viene le entregan su cédula. Ya sabe en qué puestito de esos del mercado la va a emplasticar. Con ese papel mierda, el nene ya se siente hombrecito y está listo para hacer lo que se le dé la puta gana alegando que ya es mayor de edá y que por lo tanto: mama, papa, a mí no me estén chingando porque cuidadito, pues. Creído de que esa pelusa pisada que le sale en la jeta se llama bigote y de que en unos días desaparecerá el vergo de barros que luce en la frente (y esconde en la espalda), sale a la calle y se siente capaz de todo. Es un rey andante, chichudo, güevudo, grueso, cabronazo, pilas y cuánto adjetivo pisado haiga para sentirse gallo (o palomo). Pero como nos ha pasado a muchos, se da cuenta de que tiene que ser “alguien” (¿o debería decir más bien “algo”?), de que tiene que encajar, tener identidá propia. Entonces llega la hora de la primera cagada: Rivelino hace el ajustón y va onde el Coche a tatuarse. En esta época en la que hasta el chucho del vecino lleva su corazoncito atravesado por una flechita, al imbécil de Rivetonto no se le pudo ocurrir otra forma más infantil de parecerse aún más a los demás. El colmo: tatuarse un ancla con el nombre de su chava y abajo el suyo en letras japonesas (el Coche lo majió, porque lo que en realidá dice ahí es: “guán tan” y no “guerrero incansable”) No tengo nada en contra de los tatuajes, pero sí de la idea que tenemos de buscar identidá en actividades alienantes (bonito palabro, vos Rex talega). ¿Acaso no sería mejor no tatuarse? Si juntamos a cien tatuados, los enpelotamos y ponemos a un maje sin tatuajes en el centro, ¿qué pasa?

―¿Le vuelan güevo?
―A lo mejor, Chepe, a lo mejor. Pero la respuesta no es ésa. La respuesta es que el maje se distingue porque es diferente, ¿entendés? El resto es como una mancha negra; él no.

Claro, todo tiene que ver el concepto de “estar a la moda”, que no es otro más que el de uniformarnos y, entre casaca y casaca, masificarnos (agarráme de mula con tus palabros, pues); todo lo contrario de lo que supuestamente andábamos buscando, ¿no? Si no son los tatuajes, son los los pircins o… la greña, los morralitos típicos de Momos y los caites de los jipis reinvindicativos (véase: síndrome gandhi-menchú-guevara); las playeras negras, las pulseras y las Rhino de los roquers (véase: síndrome “garra” chapina de tacuazín azadoniado); los sombreros, las hebillotas y las botas vaqueras de los que se la llevan de ganaderos (véase: síndrome perito agrónomo jaripiado); las camisitas de cuello levantado, el pelo tieso de pura gelatina y las mocasinas bien lustradas de los frezoides (véase: síndrome guana-bi capitalino) a los que perfectamente se le unen un puñajazal de síndromes más (chole-breic patineta, emo-gotic mausoleo, rasta-nidoerata mariguano, latin lovel-salserín tu tausen, nerdo-yik porno-evangélico, pseudoartista bohémico-subhumano, etc, etc) hasta convertir toda Mulamala en una verdadera peste de hijos de puta buscando (inconscientemente o no) el tesorito del Capitán Garfio en donde sólo hay un costal con cachivaches y papeles viejos que pensábamos sacar a quemar el próximo 7 de Diciembre, día en el que supuestamente nos tronamos al señor Don Chamuco (Sí, a güevos). Luego de rayarse, como se dice, Rivelino está listo para el segundo cagadal: escoger uno de los anteriores síndromes mencionados y empezar a vivir así, uniformado, aunque según él, identificado. Las opciones para cagarla son muchas, pero la idiotez de Rivelino sólo una y es tan grande como un Hiper Paíz o el mismísimo fundío del Sperisen.

¿Qué putas hacer entonces vos Rex? ¡Puta muchá, tampoco es que tenga le respuesta en la punta de la lengua! Yo digo las mierdas; pero raras veces doy respuestas, porque si no nos malacostumbramos, honbre. Lo que hay que hacer es craniarla, muchá. Ir, cuando todos vengan de regreso y venir, cuando la mara vaya. Todos llevamos un Rivelino dentro y si ya vimos el ejemplo, pues ahora craniémola y a ver qué sale. Eso sí, tampoco caigamos en el abandono. Hay que tener cuidado con cagadales de otro tipo, como andar en pelota o con la ropa de nuestros abuelos. En ese caso, veamos mejor el caso de Baldomero: 18 años, medio listo, medio bruto, sin traida, con braquets, peinado hongo y malhablado. Tiene las ideas claras de que para ser “él” mismo no necesita parecerse a nadie. Cien puntos pa’ el pisado. Por eso, decide crear su propio estilo:

-Bermuda tropicalona de alegres colores o pantaloneta trincada, de algún equipo de fut de cuando tenía 13 años, para que se le marque su tetunte.
-Camisa de vestir (Adolfo, blanquita, de preferencia), de manga corta, a la cual le añadirá el pin de alguna hermandá o alguna otra mierdita decorativa.
-Mocasinas negras (las de su graduación, mínimo; adquiridas por aviones en “Zapaterías Estuardito”) sin calcetines. [Para el día]
-Sandalias tipo extranjero (con calcetines blancos) o yinas del mercado (con calcetines blancos o de rombitos). [Para la noche]
-Gorra con vivos estampados de los Luni Tuns, viscera recta (Guardianía estail: ¡levantame la talanquera, vos!)
-Tres cadenas de oro (chafa) en cuello abierto, para exhibir dos tres pelos y una cicatriz de cuando estuvo en las Reservas Militares.
-Billetera de cuero incrustrada en el elástico de la bermuda/pantaloneta (en dónde lleva hasta el último recibo de la luz el hijueputa y fotos tamaño cédula de sus enamoradas, con dedicatorias todas).
-Lentes oscuros, al muy y grato estilo “moscón de mierda asoliada” o “avispón de desagüe a la intemperie”.
-Celular (Estartac, emplásticado y adornado con una calcomanía de Los Pitufos) metido entre el calcentín (cuando lleva) o en la bolsita de la camisa.

¡Y ahí tenemos al cerotío este! Más original que un Livais de la Sexta y más autóctono que el Cristo Negro de Esquipulas, sacándose de la manga un nuevo estilo: el baldomerismo. ¡A la verga el resto de la peste! ¡El baldomerismo sí es una muestra de identidá, quitun güevo si no! ¡Y no es que se vista así sólo para dominguiar o para chileriar en la Feria del 15! Si andamos buzos, nos podemos topar con él en: a) las burras, con sus audífonos y su pecsi en bolsa; b) los actos públicos (mítines políticos, procesiones, elección de reina, velaciones), con su montañesa de flequitos fosforescentes en timón, metido entre todo el hijueputal o encaramado en alguna estatua, ciprés o paré de adobe; c) cualquier Parque Central, silbándole a los respectivos cubiertos, echándose un su cigarrito y dándole duro a una su bolsita de melcocha o jugando capirucho. En fin, el baldomerismo está ahí, aunque todavía no sea reconocido como una peste. Y por eso mismo es que hoy, muchá, los exhorto (abortoooo) a que velemos por mantener viva esta especie y que ésta sea (¿acaso no lo es, pues?) la verdadera tarjeta de presentación de nuestra querida Mulamala, a menos que nos dejemos de tanta pose mierda (lo he dicho hasta el cansancio) y seamos, por una puta sola vez, como Baldo: originalmente locales. Aunque lo rialmente chingón sería que entendiéramos que muchas veces el pisado que más parece estar OUT, es el que más IN está… ¿Verdá usté Majo?, ¿verdá usté Pily?, ¿verdá usté Mafer? (Sí, dicen tus amores…). A ver, ¿qué creen que busca y rebusca la mara en los basureros? ¿Pisto? No, verdá. ¡Pero de vez en cuando se lo encuentran!, ¿me explico? O sea...

¡Nah! ¡Con ustedes es por demás!


Foto cortesía de Guguel Imágenes.