28 ago 2008

¡CHIMANDO, QUE ES GERUNDIO!


Volar güevo, como muy curiosamente decimos y que no tiene ni verga que ver con volar barrilete, es uno de los más ricos placeres carnales que existen (aparte de chupar, cuajar y cagar), díganme si no. Los mulamaltecos tenemos fama de mosquitas muertas, mojigatos y santurrones, pero ésa es una de las casacas más grandes que hay en nuestra "inmaculada" (ajá, si pues) sociedá, por no decir suciedá. El territorio nacional siempre ha estado y está cundido de chimones, chimonas, putas, putos, cerdas libidinosas y marranos pervertidos. La mara, aunque se diga lo contrario, no le atina. ¿De dónde putas sale tanto chirís pisado? (miren la tasa de natalidá del 2000, por ejemplo) Según sé, en Mulamala, zopes sí, pero cigüeñas como que nel, ¿o sí? ¿Por qué ni bien acabado los básicos las ixtas ya andan en valija? Según me han contado, en algunos pueblitos la mara no le hace feo ni a las gallinas ni a las cabras ni a las yegüas ni a las vacas. Nuevo eslogan para playeritas, cachuchas y propaganda del INGUAT: Mulamala, el país de la eterna chimadera. ¿Será vos Rex atol?, me dice Richi. Algo así, Richi, pero ya que estamos hablando de grandes casacas, hay que decir que a la par de toda esa mara que le gusta el zoque y que no dejan pasar una para encaramarse, está la partida de mierdas fanfarrones que se anda inventando cada paja sobre sus “relaciones sexo-genitales” (bonito palabro, Rex), o como ellos dicen: hazañas, proezas, hombradas... Ahora que lo pienso, creo que el problema no es tanto la mentira sino la exageración pisada. Ayer me cogí a la Mirna (paja, pero qué pisados, se acepta como cualquier otra). Ayer eché un par de palitos con la Mirna, en la mera noche le di pa' su dulces a la prima y acabé enmotelado con la suegra (exageración, respectiva sacada de madre y un efusivo “pelame la verga” en do mayor cantadito).

Igual que con el chupe, aquí la mara mientras más casacas cuente, mejor posicionada va a quedar frente a los cuates. Entre el extenso surtido de invenciones y pajas shucas que circulan en reuniones íntimas, cantinas y bares de mala muerte tenemos: me ‘bieras visto, cerote, yo dándole duro como media hora y naranjas, la pisada me tuvo que rogar que mejor parara porque ya había acabado seis veces (dos en el carro, sólo dediándola) y yo ni en cuenta (macho-cabrío-dador-de-placer-insuperable; maestro de salsa tipo latin lovel, pendejo chimagringas o chapín por antonomasia); ja, yo a la Yanet la puse de culumbrón y le metí todo el puño, le mié la cara, le di un par de cinchazos, me hizo un rusa, me chupó los coyoles y le atolié la cara tres veces seguidas… a ella y a la hermana, que nos estaba güashando (porno-macho declarado, víctima de lo que jamás dejará su mújer ni su cashpiana que les haga en la puta vida); la canche aquea de allá, ésa de pelo largo que está con aquel gordo, la pisada de rojo que acaba de entrar, la que se acaba de levantar al baño, aquea que está en la barra a la par de la de minifalda, la vieja que me acaba de hacer ojitos, la que acaba de pasar cabal ahorita con… (macho papito-yo-me-he-cogido-a-medio-mundo, incluyendo a la Miss Jocotes de turno y a la Anyelina, una vez que vino a Mulamala; ex-alumno del Adolfo Jol); a esa tu casera la dejé con la boca abierta y la cuchara escalda, vos; la muy golosa no podía soltarse de este animalote, jejeje, ¡y como apenas si le encanta hablar por micrófono! (machito-falaz-con-síndrome-de-pijudo; se pajea frente al espejo del ropero y se rasura alrededor para que sus 10 cms. de güineíto tieso parezcan la novena maravilla) Y los ejemplos abundan, muchá, como zompopos de mayo en un patio de tierra o bolsas de plástico y gérmenes en los yacusis de Las Aguas Calientes.

Eso sí, si creemos que esta onda es sólo a nivel masculino, estamos pisados, porque también las reinitas tienen sus ataques de vanagloria y endiosamiento, aunque en menos escala. Sí, la liberación sexual femenina llegó tarde, pero las chimaderas empezaron mucho antes de que Pepita Granados encarretara a las nenas a que abrieran las patas con confianza y disfrutaran de un buen nabo. O sea que aquí la onda es pareja, pues, y a la verga las distinciones. Las pisadas, aunque rebuznen y se hagan las muy quietas, también colaboran. ¡Si no, imagínense el índice de violaciones cerotes! Eso de ay, no, cómo va a creer usté, ya quedó en el olvido y, aunque en el fondo impere el amor (la mayoría buscan eso, hay que ser claros), a las pisadas también les gusta pegarse sus revolcones de vez en cuando y de ahí contárselo a sus cuatas mientras se pintan las uñas, modelan camisones o se toman un su cafecito por ahí por el Centro. Que si el Pancho pa’ qué vergas, que ni bien me la había metido ya había acabado; que si Pancho tiene una lengua como que es culebrita eléctrica esa mierda y le fascina lamerme la cuchara; que si anoche se la chupé a Pancho y me dio un cacho de basca; que si el sábado lo hicimos cinco veces con Pancho porque mis tatas andaban en bautizo en Xela; que si Pancho me insinuó que le gustaría un trío con la Fernanda, aquea cuata que es medio zafada; que si el Pancho la tiene más gorda que el Pollo y se esmera más en tocarme y acariciarme; que si al fin convencí a Pancho para que me dejara meterle el dedo en el culo; que si me encanta que Pancho me atolee las tetas y hasta estoy pensando decirle que pruebe en mi cara; que si Pancho me encontró dediándome con la foto de una chava que creo que me gusta; que si ayer me dieron ganas de que Pancho me la metiera por detrás pero de ahí no quise; que si…

Al menos, las cerotas no exageran tanto, ahora que lo veo. Bueno, eso digo yo, pero a saber pueblo. O sea, yo del mundo femenino conozco poco. Me gustaba ver Candy y Quinceañera, pero para comprender a fondo todo el teje y maneje psico-sexual de las muchachas, ahí si nel, pa’ qué meterme en camisa de once varas, ¡ja, por mula! De todos modos, lectoras del Muladar hay, así que si se avientan a compartir sus aventuras (reales o no) con todos los patanotes que andamos vagando por aquí, buenísima onda. Hagan de cuenta que están en AA y listo. Hagan como Kafka y digan: Me llamo K y me gusta darle de mamar a mi cocker. ¡Quién va a saber que son ustedes! Compartir es un valor que se está perdiendo en la actualidá y, igual que hicieron con el Pato Pock, hay que conservarlo. Si quieren compartir un cacho más que una simple experiencia, bienvenido sea, seguro que mis apreciados lectores no rebuznarán y se pondrán a su disposición sin ningún inconveniente, los muy perros hijos de puta. Ahora lo que es y viene siendo Rex no, porque ya está amarrado, así que no se hagan ilusiones.

Me despido, pues. Y recuerden “no hay bien que por mal no venga”.

Rex Pipudo (no tenía internet y estaba ciego; el internet ha vuelto, Rex ve de nuevo la estrella al final del camino… ¿Texaco?)

4 ago 2008

EL MULADAR EN PELOTA, ENSEÑANDO SUS COSITAS

Tomando en cuenta que el Muladar no sería ni mierda (como el mismísimo Congreso, pongámole) sin los paisanos (y algunos foráneos) que voluntariamente pierden su “valioso” tiempo en leer la sarta de caballadas que Rex pone ahí, he decidido ir un cacho en contra de mis principios, hacer una excepción y complacer a uno de mis más fieles lectores anónimos: el Tacuazín. Aquél ha tenido la amabilidá de escribirme un correíto por cada una de las sesenta y ocho entradas de este nido de ratas, haciéndome sus comentarios, opinando y toda la onda. ¡Aunque usté no lo crea, de Ripley! No es el único, aclaro, pero es el más engasado, por así decirlo. Como yo también soy así, engasado, tanto que ya parezco momia, he decido responderle aquí en vez de por el jotmeil. Lo que el otro día me preguntaba el Tacua (muy seriamente) era que cómo putas le hacía para escribir esta mierda de blog estando fuera de Mulamala y si me costaba o no. Buena pregunta, fíjense muchá. A pesar de haber vivido veintilamadre de años en Mulamala antes de salir y agarrar camino para Mulaña, es un cacho difícil mantenerse “empapado” de nuestra esencia cuando no se está allá ni se convive con mulamaltecos-as. A mí me costaría vos, me comentaba el Tacua. Lo que pasa es que llevo lo mula y la chingadera tan dentro (si fuera güeco me echaría la metáfora de “como cuello de avestruz en hoyito oscuro”) que tampoco es cosa del otro mundo. Eso sí, reconozco que si estuviera en Mulamala podría hablar de muladas más recientes, de lo que está pasando ahora, etc.; no es lo mismo medio entararse por internet que vivirlo en carne propia. Sea como sea, mi esfuerzo hago.

Unos meses después de haber abierto el sacrosanto Muladar, tuve que salir del territorio nacional y, desde entonces, (un par de años ya), hay algunas babosadas que siempre me han hecho la pala para mantener viva la llama mulática en mi corazón y en el de todos las y los feligreses. Aquí te van las principales Tacua, ojo:

1. La compu. Sin una de estas mierdas (con lo básico, tampoco es que sea muy yik que digamos) como que la onda esta de escribir y bloguiar sería un cacho pisada. La conexión a internet es tácita o sobreentendida, como nos decían los profes practicantes en Primaria.




2. Los apuntes. Desde los 17 estos cuadernitos pisados me han acompañado como garrapatas o lombrices, prestos y dispuestos para cuando se me ocurra algo: ya sea un discurso presidencial, un epitafio, una novela histórica sobre Tecún Umán o una simple mulada.






3. La chela. Una buena dosis de bebida es infaltable en el proceso, sobre todo para entrar en calor y mantenerse calidá todo el día. No hay Gallo, pero la Mahou y la Amstel le hacen güevos. Y si no, pues siempre habrá a la mano vinito del bueno.






4. Las lecturas y el musicón. Nada mejor que delietarse con lecturas amenas y constructivas que enriquezcan el espíritu y permitan la fluidez de la escritura. El musicón, por otra parte, fijo las 24 h. del día; si no, ¡qué agüevante!






5. El entretimiento. Como no hay ni Memín ni Condorito ni Alfredito, la sátira y lo popular mezclado con el sano humor negro se tiene que buscar en otras partes. Los cómics del señor Mauro y el estilazo chanante de Muchachada Nui, en la tele, me ayudan en ese aspecto y me alegran el alma; aunque claro, no tienen ni verga que ver con Mulamala.






6. Lo ridículo. “Quien esté libre de piedras, que tire el primer pecado”, decía mi querido Julius cuando tertuliábamos. Cagarse de la risa de uno mismo y auto-ridiculizarse (hacer muladas, como Rex en la foto con su máscara sagrada de lucha libre… ¡bien luchador el cerote, jeje, pa’ qué mi chile!) es uno de los pilares fundamentales del Muladar y de su desarrollo como “lugar para fregar la pita y para sacaderas de madre así, a lo fino” para todos nosotros-as y como “objeto de crítica y de asco” para el puño de retrógrados (no son los que visten así bien “retro”, vaa, ni tampoco “los que repiten grados”, no se me confundan), ratas conservadoras y pelmazos defensores de una falsa identidá local contaminada con prejuicios y mamadas, que alguna vez caen como cerotes sólo para soltar un “¡Dios bendito, ¿y esto qué es?” [Aprovechando: ¿sabrá alguno de estos lelos lo que significa “chapín”? Cito: “(Voz onomatopéyica). Chanclo de corcho… etc.” ¿Orgullosos de ser el sonido que hacía una puta chancleta de hule en los tiempos de Píter de Alvarao? Yo no, por eso no soy CHAPÍN, soy MULAMALTECO].





7. El tiempo. ¡Que si me sobrara, otro gallo cantaría! ¡Quitungüevo si no!

Bueno Tacua, ojalá más o menos haiga aclarado tu duda. Como te vuelvo a repetir, no soy muy de contar los entresijos íntimos del Mula que es uno, pero bueno, tratándose de vos, pela. Y al resto de banda pues... ¿qué les puedo decir? No es el típico post de siempre, pero a veces algo “ilustrativo” también entretiene. ¡Es para que no se cansen de estar leyendo, honbre! A veces tanto palabrerío pisado, aburre.

Pd1. Nótese el tapetío típico que sirve de fondo para algunas de las fotías. Puro producto mulamalteco, único en su especie.

Pd2. Agradecimientos especiales a Don Pepe Barrascout Ortiz, quien tuvo a bien reseñar “magistralmente” el Mula que es uno e incluirlo en la ya tradicional Maratón del blog. ¡Detallazo, Pepe, buena mierda!