10 oct 2010

COSAS DEL MERO CHAMUCO, QUE LE DICEN


¡Ay no, usté, si eso es del puro diablo!, le dice la nía Chenta a su comadre. Es un cague de risa que la mara que se la lleva de religiosa, como ella, sólo tenga en la jeta la palabra «diablo». Un concierto de rock, el diablo. Una buena lica, el diablo. Una pareja de traiditos socando en la esquina, el diablo. Un desfile de huecos y lesbianas, el diablo. Parece como que si todo fuera obra del mero chamuco. Pero bueno, cada quien con sus muladas. Ahora, ¿a qué no adivinan de qué estaban hablando las comadres? Yo digo que de la despedida de soltera de alguna de sus hijas, vos Rex, dice el Jarvis. Para mí que de chimar con la luz prendida y la tele apagada, dice el Lencho. Yo creo que de Avatar, fijate Rex, dice el Chofo. Nel, estaban casaquiando sobre una palabras raras que se oyen cuando se pone al revés Azul, la rola de Cristian Castro, dice la casera del Jenri. A lo mejor de que su mariachi le intentó dar por Detroit, dice el Rony. Yo digo que la doña se pone toda nerviosona cuando ve a su yerno acarriando arena, sin camisa y en pantaloneta, dice el Nando. Les digo que gracias por sus opiniones, pero que me extraña que no caigan. Nía Chenta y nía Goya estaban hablando nada más y nada menos que del ¡FEISBUC!, majes. Shakira (eso dice en su DPI), hija de la nía Goya, se acaba de separar y de tantas horas al día que pasa metida en esa mierda, ya ni se acuerda de que estaba casada, de que el cuate con el que vivía la pijeaba cuando venía en aguas y que encima le quemaba el pan, descaradamente, con una doña (de la misma edad de las comadres) de la cuadra. Ay, mama, yo sin el feisbuc me muero; imaginate, quién iba a decir que yo iba a acabar de granjera, si ni sembrar un rosal puedo, jejeje, le dice a su nana. Nía Goya sólo se ríe, porque no entiende ni verga de Farmvil ni de etiquetar fotos ni de “dar un toque”. Lo único que entiende es que su hija ya no es la misma.

Aunque no salga, Shakira se arregla más como si tuviera 18 años. En su tiempo libre (cuando no está conectada) le gusta hacerse fotos con el celular (tiene 12 álbumes de ciento y la madre de puras auto-fotos: Me, Yop, Shakira pics, Me again, Io, Me now, ¡Iooo!, Shaki-shaki, Just me, Little me, Myself, This is me). Sintió que se le salía el corazón de la emoción cuando pasó dos días enteros escaneando todos los álbumes familiares para compartirlos con sus amigos. A falta de amigos reales, familia y familiares de tercer grado. Todo vale. Sus 930 amigos y amigas en FB son su vida. Shakira ya no necesita tele, ni marido ni salir a dar una vuelta. Vonos al Parque Central, acompañame, le dice la nana. No, mama, estoy mandándoles regalos, besos, sonrisas, cafés, pastelitos, corazones, perros, pensamientos, flores, bebidas, joyas y tarjetas a unos amigos. No te preocupés, es gratis, jejeje. Lo único que necesita son más aplicaciones para demostrarle a sus amigos (contactos no, se oye muy feo) que los quiere y los aprecia. Lo único que necesita son más grupos, más páginas para hacerse fan. Lo único que necesita es que Yutub tenga videos suficientes para ponerlos en su muro y en el de los demás. Shakira se siente realizada: de ver todo lo que ponen sus amigos en sus estados, ahora le ha dado por escribir poemas. De su autoría son joyas como ésta: ama con profundidad / porque la vida es corta / y en un abrir y cerrar de ojos / desaparece que ha decidido compartir con todos (etiquitándolos) en sus “notas”. Lo único que necesita es inspiración, lo único que necesita son comentarios como los de Happy Anita: Wow, amiga, qué lindo lo que escribistes, Dios te bendiga hoy y siempre. Shakira no necesita viajar. A la fiebre de álbumes de fotos de viajes de sus amigos con títulos como Plaza Fontanabella, Colonia Bethania, Parqueo Tikal Futura ella decide subir los suyos: Home, Jardines, Parroquia, Recuerdos y Vecindades. Cuando se aburre, le da por compartir enlaces con todo el mundo y que se enteren de una carta que Arjona le escribió a su tata, de una sesión de fotos sepsis de Carlos Baute o de que Tizziano Ferro (a tu ano le gusta mi fierro, diría Richi) salió del closet (estaba oscuro y se le estaba acabando el aire, también diría Richi). Cuando se aburre, le da por mandarles mensajitos a los amigos con los que normalmente chatea. Los escribe, los manda y de ahí va al muro de cada uno y deja su señal, como que fuera un chucho que mea en una esquina: Inbox, urgente. Shakira es la reina de los mensajes spam (¿es pan?, diría Richi; sí, pero se ve así porque está mohoso, se contestaría él mismo) en donde intenta subirle el ánimo a sus amigos (Hola amigo, gracias por ser como eres, nunca cambies; si estás triste, piensa en que no estás solo y sonríe —aquí inserta una seguidilla de emoticones―. Feliz lunes! Shakirita) o invitarlos a eventos que lo más seguro es que no le interesen a nadie.

Shakira es la Reina de Mulamala porque Shakira somos todos: reyes y reinitas narcisistas y adictos al fotoshop (que si lo vendieran líquido nos lo zamparíamos de un trago, con un poquito de sal y limoncito), a los embustes, a la exageración, a la vanagloria y a la pérdida (casi) total del pudor y de la intimidá. ¡Y en Mulamala, que nos la llevamos de puritanos! Es así muchá. Somos adictos a la chismología, a la información basura, a que el mundo sepa quiénes somos y que hacemos… ¡como si fuéramos la gran mierda! Antes ni nos decíamos feliz cumpleaños y ahora el FB nos dice que lo hagamos con todos. El que me diga que no, simple y sencillamente es porque no está metido en FB, pero a lo mejor le pasa lo que le pasó a la Shakira, días después de que dejara al marido y se regresara a la casa de su nana: soñó que un viejo barbudo y sholco la tenía amarrada a una naranjal y le decía que la iba a violar si no le daba su computadora. En eso pasó un sombrerudo cerca, sacó su machete y filerió al viejo. La desató y le dijo que se fuera y que no dijera nada. Mientras corría, pensando en su computadora, una voz en off le iba repitiendo estas fraseas: Si no dejás que te miren, no sos nadie. Existís, claro, pero nadie te conoce. Resultado: es como si no existieras. Desnudate, hombre. Entonces se despertó, encendió la campu, aceptó una invitación que tenía pendiente de FB y su vida (si a eso se le puede llamar vida, diría Richi) cambió por completo. La nía Chenta oyó al Pastor decir que cada uno de los 500 millones de usuarios eran ya 500 millones de almas automáticamente incluidas en los listados oficiales del Infierno. Según él, ese viejo barbudo y sholco que se le aparece en sueños a la mara es el Enemigo y el sombreduro que nos salva con su machete, es un Ángel enviado desde alguna dependencia pública del Cielo. La voz en off es nuestra conciencia, sucia, cochina y puerca. Podemos salvarnos por completo, pero la tentación es grande y desobedecemos. Eso es exactamente lo que le contó nía Chenta a la mamá de la Shakira, su ahijada. La quieren casar con el Pastor, quieren que “sea salvada”. Nía Goya, viuda ella, no quiere volver a quedarse sola, pero está pensando en que… si la Shakira se va con el Pastor, pues, a ver, a ver… Si están pensando lo mismo que ella y que yo, pisados, sí, asi es la mierda: la doña ya cayó en la trampa. Mientras llega el momento de “venderle” a su hija al Pastor y a la Congregación, está aprendiendo a usar el FB. Alguien tiene que ocupar el lugar de la Shakira. Cueste lo que cueste. Nía Goya sabe que va a traicionar a su pobre hija, pero quiere vivir la experiencia. Tiene 62 años: nunca es tarde para darle un poco de sentido a la vida. Quizás conozca a su Príncipe por ahí, quién sabe.

Por cierto, si alguien se las topa en FB (Shakira Gumercinda Ajuchán, foto de perfil: una chava de pelo largo y colocha, algo cachetoncida, oliendo una rosa roja; y Gregoria Dolores viuda de Ajuchán Camargo; foto de perfil, no tiene), invítenlas al grupo del MULADAR, muchá, que a día de hoy: 10 del 10 del 10 (no soy numerólogo, así que no sé pisados significa), tiene más de 900 miembros, 574 fotías y un vergazal de comentarios. ¡BUENA MIERDA!

Pare de sufrir. Tenga Feisbuc.

Atentamente,
REX SHAKIRO


Imagen encontrada en http://bitelia.com/2010/09/facebook-no-seria-posible-sin-el-codigo-abierto